Supera las distancias frente al COVID para seguir fortaleciendo a través de dinámicas y juegos, el cerebro social y las conexiones neurofísicas fundamentales para que el ser humano siga adaptándose adecuadamente a los cambios. Mantiene a las personas a 2 metros de distancia, y sin que se toquen sienten, reciben feedback propioceptivo y sensorial y conexión grupal.
Existe un libro «El cuerpo Interpersonal» donde se explica las bases de dicha investigación y usos y una guía «Guía Kamiplay» para su uso educativo y terapéutico en niños y adolescentes.
Su abordaje se realiza de varias formas: existe una guía con más de 100 dinámicas para que familias y docentes lo utilicen como juego y terapia para abordar diferentes problemáticas o asignaturas. Sirve como material para trabajar en educación especial y terapias grupales.
Para equipos deportivos fortalece y entrena la sincronización cerebral y corporal para mejorar la intuición, la precisión y el trabajo en equipo a la vez que genera vínculos afectivos.
Para las artes escénicas, supone un material muy interesante para explorar espacio, movimiento, cuerpo y relaciones.
Sirve también como objeto contemplativo artístico para exposiciones de arte.